En pleno centro de la capital Cántabra, junto a la iglesia de Santa Lucía, el 4 de julio de 1984, abrió sus puertas el Mesón Rampalay. Nuestra única pretensión era la de hacernos un hueco en el corazón de los santanderinos y de todo aquel que se animara a entrar; a entrar y tomar algún pinchito, alguna ración o lo que se terciara en esa barra de madera, que hoy les recibe como el primer día. Pioneros en la cocina del pincho en Cantabria, figuramos como uno de los primeros locales en dedicarse a esta linea gastronómica que hoy cuenta con tanta aceptación. utilizando siempre productos de primera calidad. Casi treinta años después, mantenemos el mismo espíritu de antaño: dar de comer y beber bien y a buen precio.
Hoy, seguimos trabajando para ustedes. contamos con una acogedora barra para poder picar algo de manera informal en la que encontraran a diario mas de 30 clases de pinchos diferentes y una gran variedad de raciones de todo tipo. Si lo que prefieren es tomar algo mas cómodos, también contamos con un comedor a la antigua, habilitado para 50 comensales, en el que haremos todo lo posible para que se sienta como en casa.
Al igual que cuando empezamos, seguimos teniendo un único objetivo: que todos nuestros clientes y amigos, cuando se despidan, lo hagan contentos y satisfechos, pero sobre todo que lo hagan diciéndonos que no han pasado "ni hambre, ni sed ".
En Mesón Rampalay le esperamos para que deguste los mejores pinchos de Santander.